viernes, 9 de marzo de 2012

¿Quién puede hacer huelga hoy?

Madrilonia

La huelga tradicional, en la que los trabajadores abandonaban sus puestos de trabajo y, por tanto, paralizaban la producción, ha sido uno de los instrumentos más importantes para la conquista de derechos sociales y políticos que han beneficiado a toda la sociedad. A lo largo de dos siglos, los trabajadores han conseguido actuar como contrapeso al poder de los sectores más pudientes de la sociedad. Pero la huelga, para ser una herramienta eficaz, siempre dependió de la composición, la trayectoria compartida y la organización de los trabajadores. Por expresarlo claramente, no hay fuerza obrera sin experiencia compartida en la fábrica, en el barrio, en el sindicato, incluso en la parroquia. La organización sindical no ha sido posible sin cierta relación con el trabajo que permitía ser muchos y tener fuerza.
 
La propuesta de una huelga social no niega las diferentes realidades sindicales actuales, sólo trata de señalar la situación, por una parte, de los muchos trabajadores y trabajadoras que no pueden alcanzar una posición de fuerza, o que tienen un tipo de empleo alejado de los parámetros sindicales Y, por otra, de las distintas formas de producción que no pasan necesariamente por un puesto de trabajo o de una remuneración directa. Hasta la crisis de 1973 (en España posteriormente) el pacto social entre los sindicatos mayoritarios y la patronal, establecía compromisos en los que ambos reconocían ciertos intereses compartidos. Hoy, tras años de reformas laborales, desregulación económica y preponderancia de la economía financiera, este pacto social se ha roto y el equilibrio de fuerzas se ha inclinado hacia un lado. Los trabajadores ya no son un sujeto homogéneo, los grandes empresarios están más interesados en los beneficios financieros y el Estado es incapaz de actuar como garante de una redistribución de las cargas y beneficios de la actividad económica....
 

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