Federico Mayor Zaragoza
El País.
En este mismo periódico, el 29 de febrero, un editorial se titulaba así: Siria, sin solución. El régimen de El Asad acentúa la represión ante una comunidad internacional impotente.
Ante la complejidad del conflicto —problemas intrarreligiosos
incluidos— y la inoperancia de los "occidentales" la Liga Árabe y la ONU
han designado al ex secretario general Kofi Annan como enviado especial
a Siria. Pero la eficacia de esta excelente designación queda limitada
por carecer de la indispensable unanimidad, ya que Rusia y China no
confían en el potencial resultado de desbancar a El Asad en favor de un
variopinto Ejército Libre.
Sí, lo más inmediato es abordar eficazmente la cruenta situación
siria. Sería necesario, como ya he indicado en algunas ocasiones,
convocar una reunión extraordinaria y urgente de la Asamblea General de
las Naciones Unidas para designar unánimemente a un representante como
único interlocutor para detener, con la autoridad que le conferiría ser
portavoz del mundo entero, la inmensa sangría y adoptar las medidas
subsiguientes para la normalización de la situación, con un sistema de
auténticas libertades públicas.
Y lo mismo para cuestiones de similar naturaleza y emergencia, tales como Somalia, Irán, Libia…
En la misma reunión extraordinaria se decidiría iniciar la
"refundación" del sistema de las Naciones Unidas, basada en: I) una
Asamblea General en la que el 50% serían representantes de los Estados
pero el otro 50%, para cumplir con lo que establece la Carta en su
inicio ("Nosotros, los pueblos…"), serían representantes de la sociedad
civil, tanto instituciones como elegidos expresamente para ello; II) al
Consejo de Seguridad actual se añadiría un Consejo de Seguridad
socioeconómico y un Consejo de Seguridad Medioambiental.....
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