miércoles, 12 de octubre de 2011

"Ética de una barbarie refinada"

Manuel G. Sesma

 Hoy en día, la ética nace de la cultura económica capitalista. Y quien no lo reconozca es un hipócrita. Pero estamos tan gordos, tan bien educados, tan satisfechos de nosotros mismos, que nos es indiferente el hecho de que esta cultura sea pan y mezquindad al mismo tiempo. Es trágico comprobar que la gran mayoría sólo se metería en la piel de un revolucionario, si viera amenazado el suministro de pan; como si la mezquindad no existiera o no pudiera ser detectada hasta que deja de alimentarnos.

Ya no se conquistan países, se conquistan economías. Las iniciativas coloniales ya no las protagoniza la ambición material y territorial de nobles y reyes absolutos, sino la de corporaciones transnacionales y bancos.

La ética capitalista consiste en asegurar un equilibrio determinado que sirva de base y, a su vez, permita el «crecimiento». Es decir, el sentido de la vida para la mentalidad económica capitalista es simple y llanamente subsistir, y hacerlo de tal manera que el rendimiento del capital aumente. El sentido de la vida es, pues, generar plusvalías. El «ser» y el «capital» se han igualado por completo.

¿Por qué se producen las crisis económicas? porque la dinámica especulativa que acompaña indisolublemente al capitalismo neoliberal, alcanza tales picos de ambición y codicia que desestabilizan la ordinaria suma de ambiciones; siendo los mecanismos correctivos meramente prácticos, no éticos.....

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