El País
La división de poderes no parece
que le guste demasiado a nuestros políticos. Posiblemente piensen que como
Montesquieu murió en 1775, su teoría no sirve hoy día para atender las
necesidades del pueblo, por el que tanto se desviven, siendo suficiente con
celebrar elecciones libres periódicamente. Por eso, aprueban siempre que pueden
leyes que, retorciendo el significado de la Constitución, les
permitan socavar la independencia del Poder Judicial. Sin duda, la más
importante de ellas es la forma de elección de los 12 magistrados del Consejo
General del Poder Judicial que, si a principios de la década de 1980 eran elegidos
por los propios jueces (con un injusto sistema mayoritario, por cierto), desde
1985 son elegidos por las Cortes. Así que, primero, los designan entre el PSOE
y el PP y después se reúnen Zapatero y Rajoy para consensuar el nombre del
presidente del Consejo. Bien mirado, no deja de ser una forma de dividirse el
poder.
Pero los buenos políticos siempre
encuentran oportunidades de echarle una paletada de tierra a Montesquieu, como
en este final de legislatura: aprovechando que la ley de agilización procesal
pasaba por el Senado, han modificado la Ley Orgánica del Poder Judicial para permitir que
los jueces que ocupen cargos políticos pasen a la situación administrativa de
servicios especiales, que es tanto como decir que cuando se van a la política
se les guarda la plaza que tuvieran y que cuando retornan se les cuentan los
años que han estado fuera como si hubieran estado en activo, así que ni se
retrasan en el escalafón ni pierden trienios. Las asociaciones de jueces han
criticado con dureza esta reforma alegando que deteriora la independencia de la
justicia y su imagen de imparcialidad.....
1 comentario:
Magnífico artículo. Una denuncia clara y concisa de los abusos de poder que pululan en la sombra de este cada día más entristecido país. A este artículo, me temo, será obligatorio remitirse cuando salten de nuevo escándalos en el poder judicial.
Porque entre otras cosas, lo que nos dice el artículo es que el poder legislativo y el judicial ya no podrán evitar que les ronde la sombra del cohecho y la prevarización.
Un saludo.
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