El País
Imagine que España cediera la
gestión de un territorio del tamaño de Extremadura a una empresa extranjera. O
que hubiera españoles que pasaran hambre mientras compañías foráneas produjeran
comida en España que luego exportarían a sus países de origen. Parece difícil
de creer, pero esa es la situación que se está dando en algunos países del
África subsahariana.
Desde 2001, los Gobiernos de
países en desarrollo han arrendado, vendido o están negociando la cesión de 227
millones de hectáreas de tierras, o unos 2,27 millones de kilómetros cuadrados,
según cifras del Land Matrix Partnership, un grupo de académicos, investigadores
y ONG citados por Oxfam en un informe publicado hace unos días.
De ese total, gran parte de los
contratos, que involucraron en gran mayoría a inversores extranjeros, se
firmaron a partir de 2008. Y, desde ese año, más del 70% de los contratos se
han dado en el África subsahariana, de acuerdo con un informe del Banco
Mundial.
Mozambique, Sudán del Sur,
Etiopía, Zambia, Liberia, Madagascar... incluso pequeños países como Uganda
están cediendo grandes extensiones de tierra a firmas de origen extranjero. En
la mayoría de los casos, estas adquisiciones conllevan la expulsión de las
comunidades locales de las tierras en las que habitaban. Luego, estas son
usadas con fines comerciales como la producción de biofuel o aceite de palma, o
se utilizan para cultivar alimentos básicos como cereales o arroz que son
exportados a otros países. Y la situación da una vuelta de tuerca más cuando se
piensa que en algunos de estos países -como es el caso de Sudán del Sur y
Etiopía- parte de la población requiere de asistencia humanitaria continua para
no pasar hambre......
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