Nacionred
Ponencia impartida en el Curso “Libertad en Internet: garantías y amenazas”
"Las nuevas tecnologías cambian la forma de ejercer los
derechos. Pero en última instancia, los derechos de reunión y
manifestación quedan en letra muerta si no se ejercitan: de nada nos
sirven si no pensamos movernos del sillón.
Quizás
el gran reto del siglo XXI no sea más que éste: entender que no podemos
confiar en nadie más que en nosotros mismos. Entender que si de verdad
es cierto que la soberanía reside en el pueblo, ha llegado la hora de
que el pueblo ejerza sus propias responsabilidades de forma directa, sin
delegaciones ni intermediarios.
Más allá de la
crisis económica, vivimos una crisis de sistema. Nuestros
intermediarios políticos han demostrado su inutilidad para gestionar los
inmensos desequilibrios que genera un sistema social injusto. Pero de
poco sirve quejarnos de ellos, mientras nos desentendemos de la toma de
decisiones que sólo a nosotros nos corresponden.
Sólo
cuando el Estado y el Mercado nos dejen sin protección social,
empezaremos a entender que sólo somos partículas elementales, que nada
pueden conseguir en solitario. Tenemos que reconstruir en el mundo real,
y no sólo en Internet, las redes sociales destruidas por el
individualismo salvaje. Y eso sólo puede hacerse llevando nuestra
asamblea virtual permanente a las calles, a las fábricas, a los
despachos.
Ha llegado el momento de que los
habitantes de la sociedad conectada se pongan de pie, abandonando el
sedentarismo del consumidor indolente. Las pantallas son armas de doble
uso: pueden servir tanto para comunicarnos como para encadenarnos. De
nosotros depende, en última instancia, escoger el camino.
Tenemos las herramientas, Internet y los ciberderechos: ha llegado la hora de utilizarlas en el mundo real. "
Durante
todo 2009, 2010 y buena parte de 2011 no he cesado de pedir que la red
saliese a la calle. En mayo de 2009 fuimos poco más de 300 peatones a la
Plaza del Rey de Madrid, para protestar ante el Ministerio de Cultura.
En diciembre de 2009 ya fuimos unos cuantos más. Desde mayo de 2011 ya
han salido a la calle unos cuantos cientos de miles, quizás millones.
Pero ahora me pregunto si no es quizás el momento de reflexionar.
La
red no es nada sin la calle, pero la movilización callejera por sí
misma no sería nada sin internet. Al consultar este texto con mi amigo
Ricardo Galli me hizo una inteligente observación sobre uno de los
puntos débiles del ciberpunk, y en general del ciberactivismo de los
años 90: el presentar la red como un espacio nuevo, de “otra gente”,
otra “república” paralela o alternativa a la realidad.......
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