Rebelión
Uno de los atributos identitarios del neoliberalismo es la
organización económica de tal forma que se encauza gran parte de la
renta hacia las personas, familias y empresas más ricas de una sociedad.
Para ello, son muy importantes las reformas de las condiciones de
trabajo, pues en las relaciones de trabajo se reparte una gran
proporción de la riqueza que produce la sociedad. Aumentando el tiempo
de trabajo, disminuyendo los salarios, abaratando la indemnización del
despido, debilitando la posición del trabajador en la negociación con el
empresario (debilitando la negociación colectiva), permitiendo mil
forma de fraude en la contratación (la temporalidad, las becas, los
falsos autónomos), las condiciones de trabajo (jornadas largas más allá
de la ley, horas extraordinarias no retribuidas, vacaciones impedidas,
sin seguridad o higiene, sin seguridad social) o el despido, … la renta
absorbida por la gran empresa aumenta.
La tolerancia de la
indefensión de proveedores con el oligopolio de la demanda (oligopsonio)
o de consumidores con el oligopolio de la oferta, igualmente facilita
que la cuenta de resultados crezca.
La reforma del sistema de
impuestos es clave, pues los impuestos podrían recabar excedentes de
renta de personas, familias y empresas que han obtenido volúmenes
desproporcionados en los circuitos primarios de reparto: salarios de
ejecutivos, intereses, dividendos, alquileres....
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