martes, 4 de octubre de 2011

¿Quién dijo que el hombre es malo?

Pedro L. Angosto
Rebelión

Suena a maniqueo, tal vez lo sea, pero no es una frase mía sino de uno de los grandes pensadores de la edad moderna, el británico Thomas Hobbes quien en el siglo XVII aseveraba, partiendo de una frase del romano Plauto, que el hombre es un lobo para el hombre, “homo homini lupus est”. Según Hobbes, los hombres, en su estado natural, son iguales, ambicionan y temen las mismas cosas, pero resulta que del miedo sólo se puede defender agrediendo a sus semejantes y para conseguir lo que ansía, bienes escasos, ha de matar a su hermano. Como el hombre, pese a ser un lobo para sí mismo y sus semejantes, es racional, si quiere la paz –nos dice Hobbes-, no tiene otro camino que delegar sus derechos en un ser superior: El Leviatán, un monarca absoluto que sabe lo que conviene a sus súbditos y lo impone por la fuerza bruta.


Aunque no lo parezca, las teorías de Hobbes fueron en su tiempo un paso adelante en la construcción del Estado moderno, luego Hegel, Kant, los enciclopedistas y los revolucionarios franceses –dicho de modo simplista- darían un paso al frente al exigirle, partiendo de la bondad natural del hombre y sin menospreciar el papel del Estado, los derechos individuales que le son consustanciales y la soberanía popular de la que dependería hasta el mismo poder de ese Estado.

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