Federico Rampini
La Repubblica
Fuente: Presseurop
El anuncio por parte de Italia del desembolso
masivo de capital chino para apoyar su economía nacional ha suscitado la
esperanza de una intervención de Pekín para salvar al euro. No obstante, hay
que protegerse de las falsas esperanzas, puesto que China es un inversor cauto
y prudente, explica La
Repubblica.
¿Entrarán los chinos en el gigante público de la energía ENI o en la compañía eléctrica pública ENEL? ¿pueden adquirir una parte del conglomerado industrial Finmeccanica, o del puerto de Génova? ¿desembolsar capital en el banco Unicredit a cambio de su participación en las subastas de bonos del tesoro plurianuales, ocupando así el puesto de Muamar el Gadafi?
¿Entrarán los chinos en el gigante público de la energía ENI o en la compañía eléctrica pública ENEL? ¿pueden adquirir una parte del conglomerado industrial Finmeccanica, o del puerto de Génova? ¿desembolsar capital en el banco Unicredit a cambio de su participación en las subastas de bonos del tesoro plurianuales, ocupando así el puesto de Muamar el Gadafi?
Para comprender qué fundamento tienen las
especulaciones en los distintos ámbitos – o si es la misma Italia quien
alimenta estos rumores – es necesario desplegar el mapa de inversiones chinas
en el mundo, las estrategias financieras de Pekín, y sus implicaciones con los
intereses geopolíticos de la segunda economía mundial.
Se están produciendo dos tipos de ajustes
en la gestión del capital chino: la diversificación con respecto al dólar
frente a otras monedas; y el desplazamiento de títulos públicos hacia paquetes
de acciones en empresas industriales y, en la medida de lo posible, de
relevancia estratégica para China. Estos ajustes son graduales y, en ningún
momento, deben poner en riesgo la "estabilidad del sistema económico
global"......
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