lunes, 12 de septiembre de 2011

Los gobiernos despolitizados

Juan Hernández Vigueras
Analista político-financiero y miembro del Consejo Científico de Attac
Público
 
 
No hace mucho, un ministro del Gobierno de Zapatero y dirigente del Partido Socialista sostenía que las elecciones generales no iban a resolver la crisis, como ha sucedido en Portugal y Reino Unido. Y desde luego, los nuevos gobiernos de signo opuesto a los anteriores no han evitado las duras medidas de ajuste fiscal y los recortes sociales. Pero lo más significativo es que no han variado el sentido y las razones de los ajustes, el discurso político, en suma. He ahí una muestra de que, en el complejo entorno actual, los problemas no se resuelven con el cambio de gestores sino con el cambio de políticas.
Frente a la crisis de la globalización neoliberal y del Eurogrupo, el fenómeno del sometimiento a los mercados financieros está alcanzando a los gobiernos de modo similar a como alcanzó a las grandes empresas hace años: como fenómeno económico y político. Nuestros gobernantes europeos de uno y otro signo han asumido abiertamente aquella afirmación de Margaret Thatcher de “no hay alternativa”; e incluso los gobernantes de la izquierda han optado por erigirse en gestores de los intereses de los mercados, a los que apelan para justificar medidas impresentables para sus votantes.
Desde que las empresas se convirtieron en conglomerados o grupos empresariales con proyección global, los ahorradores y las familias que solían ser los accionistas mayoritarios en los países más desarrollados fueron sustituidos por los grandes bancos y otras entidades inversoras como los nuevos propietarios que les daban nuevo rumbo bajo directivos de nuevo cuño. La gran banca, las firmas de capital riesgo, los fondos especulativos, etc., que dominan los consejos de administración, no solamente marcan los objetivos de los grupos empresariales que controlan financieramente, sino que han definido un nuevo modelo de gerente. Hasta no hace mucho, el director de la empresa solía ser un experto en el producto o la actividad que había dado vida a la empresa industrial o de servicios, conocedor del negocio e interesado por su explotación y por todos sus elementos. Pero, en las últimas décadas, las corporaciones controladas por las finanzas han impuesto el modelo de directivo “generalista”, un gestor profesional que ignora los detalles del negocio pero que gestiona cualquier tipo de empresa. Es el modelo de la empresa como “agencia” de los mercados financieros, analizado por economistas heterodoxos estadounidenses. Entre nosotros, hace tiempo que Telefónica dejó de estar dirigida por ingenieros para ser dirigida por gestores de sus finanzas que alzan cotizaciones con ERE....

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