lunes, 26 de septiembre de 2011

Inmensa demostración de poder

Juan Ignacio Bartolomé Gironella, Jorge Fabra Utray
Público

Es la medida más suave que podía tomar”. La justificación del presidente del Gobierno al proponer, con el aplauso del PP, una reforma constitucional que condicionará durante décadas la política económica, nos deja perplejos. ¿Cuáles serían las alternativas menos suaves?
 
Desde la reunión del Consejo de Ministros de Finanzas de la UE, celebrada el 9 de mayo de 2010, el Gobierno ha ido tomando medidas a sabiendas de que incidirían negativamente en la crisis, que ralentizarían el crecimiento del PIB y aumentarían el paro, bajo el argumento de que se ve obligado a hacerlo. ¿Qué está pasando? La explicación, que parece contar con un consenso sorprendente, es que “los mercados”, orientados por las agencias de calificación de riesgo, castigan el déficit de las administraciones públicas con un aumento de las primas de riesgo e, incluso, con la amenaza de provocar la quiebra del Estado. Ante lo cual la UE exige reducciones drásticas del gasto público.
 
Lo asombroso es que se puede constatar sin dificultad que el origen del déficit no está en el incremento del gasto sino en la reducción de los ingresos públicos y que el volumen de la deuda pública española se mantiene en niveles muy aceptables. La parte esencial del gasto público va dirigida a la formación, a la sanidad, a la creación de infraestructuras, a la seguridad, a la cohesión social y territorial… son partidas necesarias para el funcionamiento eficiente de la economía y que, además, generan demanda efectiva en momentos en que la reducción de la demanda privada ostenta un protagonismo evidente en el origen y en la continuidad de la crisis......
 

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