Marc Pastor i Sanz 
Diagonal
El análisis de la cadena de valor de este negocio llevado a cabo desde 
las universidades de California-Berkeley y Budapest sugiere que un 
acuerdo internacional con los intermediarios de pago supondría el fin 
del correo basura.
El spam, anglicismo con que se denomina el
 correo electrónico comercial no solicitado, podría tener sus días 
contados si existiera la voluntad política necesaria para terminar con 
él. Al menos esto es lo que demuestra un reciente estudio realizado por 
las universidades de California- Berkeley y Budapest, del que se deduce 
una solución técnicamente viable.
En el documento se analiza su 
modelo de negocio y se establece la cadena de valor que desarrolla, 
desde el envío de la publicidad abusiva hasta la recepción del producto,
 pasando lógicamente por su producción y el pago del mismo. De este modo
 se ha localizado el eslabón débil de este lucrativo negocio: tres únicos bancos controlan el flujo del 95% del spam farmacéutico,
 lo que supone la gran mayoría del mismo. Por lo tanto, un acuerdo 
internacional para su bloqueo con los intermediarios de pago, como Visa o
 Mastercard, podría ofrecer una solución definitiva.
 

 
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