Susana Merino. Attac
Rebelión
La desmundialización es, por el contrario, deshacer lo que ha venido
imponiendo el neoliberalismo capitalista: el ilimitado crecimiento de
las ganancias, la flexibilización laboral, el incremento de la
especulación, los programas de ajuste presupuestario, el establecimiento
de un poder económico financiero como hábil titiritero de la autoridad
política, la idolatría de los mercados y las agencias de riesgo de modo
que “si la mundialización es la disolución de las soberanías por la
mercantilización de todo, desmundializar es repolitizar.”
Desde su creación, hace ya más de medio siglo, en el Hotel Bilderberg de
la pequeña ciudad de Oosterbeek, en los Países Bajos, la conformación y
las deliberaciones de los miembros del llamado Club Bildenberg han
permanecido dentro de la más estricta reserva. Entre los asistentes a
sus reuniones que suelen ser anuales y celebrarse desde entonces en
diferentes partes del mundo se encuentran banqueros, expertos en
defensa, ministros y primeros ministros, reyes y reinas, financistas
internacionales y líderes políticos del mundo occidental, en un número
estimado de 130 asiduos concurrentes.
Merecen citarse algunos de sus
nombres porque su grado de influencia en la toma de decisiones a nivel
mundial es sin duda considerable: Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, Peter
Sutherland, que fuera presidente de Goldman Sachs, Bill Gates, Henry
Kissinger o David Rockefeller, por mencionar solo unos pocos, y aunque
se descarten teorías de la conspiración no parece imaginable que estos
poderosos caballeros y equivalentes damas se reúnan periódicamente solo
para comentar la película de moda o el último campeonato de fútbol, de
béisbol o de tenis o los últimos chismes del corazón de las estrellas de
la jet set internacional.
Denis Healey, uno de los
fundadores y miembro del comité directivo de ese selecto club durante
más de 30 años, sostenía en 2001: "Decir que estamos luchando por un
gobierno mundial es exagerado, pero no completamente desacertado.
Nosotros en Bilderberg sentimos que no podemos seguir luchando para
siempre unos contra otros por nada y matando gente y dejando gente sin
hogar”. ¡Realmente conmovedor! Unos 25 años antes en 1973 fueron
creados, por iniciativa de David Rockefeller e integrados también por
destacadas personalidades de la economía y los negocios del mundo
capitalista, la Trilateral Commission y el Council of Foreign Relations,
destinados a fomentar la cooperación entre los Estados Unidos, Europa y
Japón.
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