León Bendesky
La Jornada
La intensidad de la 
crisis financiera en Europa y Estados Unidos no esconde la fuerza de la 
disputa política que se ha desatado. En medio de la crisis se está 
definiendo un conflicto político clave para las sociedades que se 
entienden a sí mismas como democráticas.
Vaya que se está haciendo política. Aunque se considere que hay falta
 de liderazgo o hasta una cierta parálisis entre los gobernantes y los 
parlamentos de aquellos países, lo cierto es que la contienda abarca una
 redefinición profunda de la organización social. No hacer es una forma 
también efectiva de alcanzar los objetivos que se han fijado.
El proceso no es nuevo. Luego de 30 años de las llamadas políticas conservadoras asociadas con los gobiernos de Thatcher y Reagan, esta crisis económica es la mayor desde 1929. Con una exacerbada globalización y una larga serie de tropiezos financieros de por medio, hoy se tiende a radicalizar tal concepción de lo social y de un modelo de hacer política.
Durante muchos meses ha primado la situación de la deuda pública de algunos países de la Unión Europea: Islandia, Grecia, Irlanda, Portugal y hasta Italia y España. El mismo asunto llevó a un duro enfrentamiento político en Washington sobre el límite legal del endeudamiento.
La extensión del conflicto se centra hoy principalmente en Grecia. Se posponen las medidas efectivas para que el gobierno cumpla con los pagos de la deuda, está ahorcado. Esto podría parecer un caso de embotamiento institucional en la Europa del euro, pero de lo que se hace es: política........
 

 
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