sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Adiós a Europa?

Rafael Poch
La Vanguardia
 
Nuestro “nivel de vida y libertades” reposa sobre un entramado muy frágil. El impulso ciudadano es la única esperanza que le queda al proyecto europeo.
 
En París y Berlín la apuesta por la desolidarización ha dado un nuevo paso: ya abre la puerta de salida del euro y dibuja una Europa de dos categorías. El gobierno alemán lo desmiente, pero ese programa para la desintegración europea será refrendado el lunes y martes por el congreso que la CDU de Merkel celebrará en Leipzig. Esto, que podría equivaler a un adiós a la Unión Europea, viene determinado por una mezcla de intereses políticos cortoplacistas (elecciones en 2012 en París y en 2013 en Berlín), inercial sometimiento al poder financiero y sus recetas, y pura y simple incapacidad.
 
En lo que llevamos de espiral neoliberal hacia abajo y desolidarización, Europa ha producido dos modelos de lucidez: la revuelta griega, ese nuevo “Oji” de país retrasado y obstinado que recuerda la dignidad helena del principio de la última guerra mundial, y la exitosa secuencia islandesa: la deuda no se paga, el gobierno implicado se derroca y los responsables a los tribunales. Sólo una medicina ciudadana de este tenor salvará el proyecto ciudadano europeo, secuestrado por la lógica empresarial ¿Qué es lo que está en juego?....
 
 

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