Lluís Duch, y Albert Chillón
El País
Demasiados políticos, economistas y
periodistas tejen una 'neolengua' que, como en la pesadilla de Orwell, reduce
el polifacetismo y la complejidad del mundo a una jerga tecnocrática y opaca.
El principal partido de la oposición acusa al Gobierno
de "connivencia" o "chalaneo" con ETA durante años, tacha
sus desatinos y errores de aviesas "mentiras", omite evidencias y
contextos a fin de argüir que la quiebra en curso solo se ceba en España. La
jerarquía católica azuza a sus medios y corifeos para acusar a quienes
defienden el derecho al aborto de promover la muerte de infantes. Un
expresidente del Congreso y padre de la Constitución se declara
convencido de que el irresuelto encaje de Cataluña en España podrá resolverse
sin recurrir a bombardear Barcelona como ha pasado "no sé cuántas
veces". Los soberanistas periféricos proclaman sin rebozo el
"expolio" que sus patrias, edénicas víctimas, sufren a manos del
Estado victimario. Demasiados políticos y economistas, periodistas y profesores,
financieros y empresarios tejen de consuno una neolengua que, como en la
pesadilla de Orwell, reduce el polifacetismo y la complejidad del mundo a una
jerga tecnocrática y opaca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario