Alejandro Nadal
La Jornada
La destrucción de la
unión monetaria europea no es resultado de una inverosímil combinación
de factores improbables. Es la consecuencia lógica de un diseño
equivocado y de un modelo económico fracasado.
directamentebonos de países miembros.
Es cierto que el BCE ha estado interviniendo en el mercado secundario de deuda soberana desde mediados de 2010. Para evitar incrementar la base monetaria, ha procedido a operaciones de esterilización. Esta intervención indirecta le ha permitido dar la vuelta a los tratados y dar un respiro a países como España e Italia.
Sin embargo, la polémica subsiste. El país clave en esto es Alemania, donde impera el dogma de que la única función del banco central es la lucha contra la inflación. Como si la inestabilidad financiera no fuera importante. Además, la mayoría de los líderes políticos alemanes considera absurdamente que respaldar la deuda italiana equivale a transferir riqueza a los vecinos indolentes del Mediterráneo.....
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