Luis Britto García
Aporrea
A mediados de octubre de 2011 en 951 ciudades de 82 países repletan
las calles multitudes cuyo denominador común es la indignación.
Desde fines de los años ochenta en América Latina repletaban ciudades y campos movimientos sociales cuyo lenguaje era la furia.
A
latinoamericanos y caribeños se nos llamó facinerosos, turbas, hordas,
pero a la larga rompimos la dictadura política liberal y orientamos
nuestra región hacia la izquierda.
A europeos y estadounidenses
se los llama Indignados, pero son africanos quienes derrocan dictaduras
en Egipto y Túnez y enfrentan a la OTAN en Libia y asiáticos quienes
combaten los ejércitos del dólar y del euro en Afganistán, Irak,
Pakistán y Bahrein.
La tarea del Tercer Mundo es hacer las revoluciones que el Primer Mundo jamás emprende o concluye.
¿Qué
es la indignación? ¿Se disipará como la rabieta de las contraculturas
de los sesentas? ¿Estallará en el relámpago revolucionario?
Todo
sistema pretende funcionar en beneficio de todos y concluye funcionando
para sí mismo. Un sistema es una ficción que se sostiene sobre la
credulidad de sus víctimas. Cuando la contradicción entre farsa y
realidad se hace evidente, la resignación deviene imposible. La
indignación es la resignación que desborda el vaso......
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