domingo, 27 de noviembre de 2011

Hay pero no te toca

Eduardo Montes de Oca
Bohemia
 
¿Tenía razón Thomas Malthus al pronosticar, en 1798, que la capacidad del hombre para reproducirse iba a sobrepasar su habilidad para producir comida, lo que provocaría una hambruna y un recrudecimiento del proceso de selección natural de las especies, entiéndase guerras en el caso del homo sapiens? 
 
Ante la interrogante, que tomo casi textualmente de una influyente agencia de prensa, los optimistas recuerdan que la revolución industrial y su impacto en la agricultura han frustrado esos vaticinios, a pesar de que la humanidad se ha duplicado una y otra vez. Otros se acogen al cartesiano recurso de la duda. Aunque advierten que los aumentos históricos de la población no han resultado catastróficos a escala económica, como para salvar la honrilla, “por si acaso”, apuntan que posiblemente Malthus se haya equivocado… solo en unos cuantos siglos. 
 
¿El argumento de los últimos? La conjunción de la danza vertiginosa de los precios y el que los habitantes del orbe suman hoy siete mil millones, un crecimiento de dos mil millones en menos de 25 años. Y si bien en más de seis décadas, aducen cautelosos, la tasa de fertilidad global se ha reducido a la mitad, lo que en estadísticas equivale a dos niños y medio por mujer, no se puede prever que la cantidad de almas se estabilice en nueve mil millones, 10 mil millones o 15 mil millones en la presente centuria, porque ello dependerá de lo que ocurra en los países en desarrollo, sobre todo en África, la región de mayor natalidad....

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