Miguel Ángel Mayo
Mientras Tanto
Nuestro país, con una prima de riesgo en niveles históricos, índices 
de desempleo nunca vistos, unos objetivos de reducción del déficit 
público asfixiantes y un rescate del sistema financiero por definir, 
afronta uno de los momentos más decisivos de su historia. 
Sin embargo, en estos momentos todos los focos se dirigen hacia otro 
acontecimiento, igual de europeo pero algo más lejano. Es el que se 
desarrolla en los terrenos de juego de la Eurocopa 2012, que se está 
celebrando en Polonia y Ucrania. Si la crisis aprieta, la situación 
económica es delicada y los números no cuadran, siempre encontraremos un
 refugio a los problemas —como dice el anuncio de Coca-Cola, “juntos 
podemos”— en el que es, sin duda, el deporte nacional, el fútbol. España
 es finalista de la Eurocopa después de ganar la anterior Eurocopa y el 
Mundial, con cinco clubes españoles en las semifinales de los torneos 
europeos más importantes, y tiene la que se reconoce como la mejor liga 
de fútbol profesional del mundo.
Pero, realmente, ¿es oro todo lo que reluce en el fútbol español?
En 2009-2010, los clubes de la Primera División española cerraron sus balances con una deuda conjunta de 3.429,2 millones de euros,
 según un estudio realizado por el profesor de la Universidad de 
Barcelona José María Gay de Liébana. En cuanto al análisis de las 
cuentas de resultados, los datos arrojan unos ingresos por importe de 
1.610 millones de euros, mientras que los gastos ascienden a 1.823, 
generando por tanto un déficit de explotación de 213 millones de euros anuales.
 Dicho de otra manera, por cada 100 euros que ingresa un club español, 
se gasta 113. Podemos decir que estamos ante un endeudamiento 
sistemático de los clubes de fútbol. Pero ¿cuál es la situación de los 
mismos respecto al pago de sus impuestos?.....
 

 
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