El Periódico de Aragón
Ha sido la consigna de la última semana. El ministro Montoro
 escupía la filosofía base: los funcionarios están dados al cafelito, 
practican el fraude horario y militan en la desidia estructural. Todo un
 pliego de cargos que venía a sumarse a las odas de Aguirre
 (Esperanza), y ante los que solo había que esperar sentencia. La 
ejecutó el presidente Mariano laminando un mes de salario a través de su
 omnisciente sistema-decretoley. Supone la cuarta bajada de sueldo tras asalto alevoso del presidente ZP
 en la primavera social-2010, posterior subida de IRPF y subsiguiente 
nueva subida del presidente Mariano, solo un mes después de jurar que 
jamás lo haría, en un espectáculo de palmaria estafa electoral. Antes ya
 los funcionarios habían soportado congelaciones salariales, incluso en 
los mal llamados años de bonanza.
Don Mariano y ZP se han fundido el 
20 % de la capacidad adquisitiva de este colectivo. Millones de nuestros
 salarios que van a encubrir las quiebras fraudulentas bancarias que 
produjeron solos-solitos unos banqueros millonarios y una clase política
 servil e inepta.
Son estos unos días en que una caterva de neoliberales bien 
alimentados espetan que los funcionarios son unos privilegiados que, 
además, no pueden ser despedidos. Los que así se expresan no aciertan a 
ver cómo los funcionarios sí estuvieron años “despedidos”. Por término 
medio el funcionario está cinco años preparando oposiciones. Cinco años 
sin ingresos, soportando gastos de preparación a costa de sus padres o, 
en el peor de los casos, en jornadas maratonianas de trabajo y estudio 
sin fines de semana ni vacaciones. Cinco años de enclaustramiento, por 
término medio, con numerosos casos de siete u ocho años en dichas 
dinámicas de “despido” sin prestación o subsidio. Una inversión brutal 
de tiempo, de recursos propios y de coste psicológico......
 

 
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