Alainet
Desde
 que en los ochenta empezó la regresión y agresión neoliberal, 
dirigentes, voceros y representantes de la peor versión del capitalismo 
han pretendido que “su” modo de entender la economía y organizar la 
sociedad es el único posible. Un pensamiento totalitario que se 
concentra en el malhadado “Consenso de Washington”: crecimiento 
incesante, desregulación de capitales, ningún control financiero, menos 
impuestos a grandes empresas y ricos, concentración empresarial, 
privatización del sector público (especialmente educación y sanidad), 
menos gasto social, rigidez en presupuestos estatales... Una política 
destructora como es más que evidente desde hace cinco años, inicio de la
 crisis. Destructora porque el capitalismo alberga la semilla de la 
crisis suicida.
Con
 un paro crónico, incremento de pobreza y desigualdad, grave crisis 
ambiental (cambio climático incluido) y sin atisbo de superar la 
negativa situación económica actual, es diáfano que estamos ante una 
crisis profunda y global del propio capitalismo.
Ante
 la crisis-estafa ha habido y hay respuesta ciudadana: movilizaciones, 
ocupaciones de plazas y calles, huelgas generales, auto organización 
ciudadana... Hay que avanzar y empezar a atosigar a quienes detentan el 
poder financiero y afectar a sus ilegítimos, cuando no ilícitos, 
intereses y obscenos beneficios. Empezar a preocupar y fustigar a la 
banca, grandes empresas y corporaciones; también a sus cómplices y 
encubridores: dirigentes y dueños de medios de persuasión (antes 
informativos) y, por supuesto, a la mayoría de políticos profesionales 
al servicio descarado del poder financiero y empresarial. Denunciar ante
 los tribunales a responsables de la crisis-estafa, organizar la 
desobediencia civil, ayudar de modo organizado a inmigrantes sin 
permisos, empapelar las ciudades con los rostros, actuaciones y delitos 
de quienes nos han llevado a la crisis y en ella nos mantienen, 
organizar brigadas ciudadanas de vigilancia de derechos humanos y 
denuncia de sus violaciones... Muchas de esas acciones y actuaciones ya 
se han iniciado; pues más, más intensas y en todas partes.
Pero
 también hay que continuar buscando y aplicando propuestas económicas de
 otro mundo posible. Mercados de tiempo, de intercambio, aprovechamiento
 organizado de alimentos desechados (que no estropeados) para quienes 
están peor, atención sanitaria paralela, cooperativas de producción y 
servicios… Una forma no capitalista de entender la vida. Y avanzar en la
 batalla por los valores democráticos y sociales para sustituir la 
devastadora ideología neoliberal, consumista, competitiva e 
individualista por una cultura comunitaria, de solidaridad y 
cooperación, de creatividad liberadora y de paz......
http://attacmurciaaltereconomia.blogspot.com.es/2012/07/la-economia-solidaria-parte-de-la-lucha.html 
 

 
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