Sin Permiso
Como bien apunta Yanis Varoufakis
en su certero balance
crítico de la cumbre europea del pasado 28 de junio, el Consejo europeo ha
adoptado una serie de decisiones políticas, cuya puesta en práctica está aún
por ver y que, en su elemento esencial –la capacidad de supervisión del BCE
sobre el sistema financiero europeo—, no será efectiva antes de 2013. Sin esa
nueva transferencia de soberanía de los estados miembros al BCE, que exigirá
cambios constitucionales en parte de los estados miembros, y por lo tanto, la
posibilidad de verse obligados a ejercer el derecho de veto contra la posición
de sus propios gobiernos, no se podrá recurrir a la financiación directa de la
banca por el MEDE. Un MEDE, todo sea dicho, que aún está por organizar
técnicamente: todavía no cuenta con capacidad ni para hacer las gestiones
informáticas y técnicas necesarias para comprar bonos de deuda soberana, ni
para transferir préstamos a unos bancos al borde del colapso, desangrados por
una creciente fuga masiva de depósitos.
El Consejo ha buscado enviar in extremis a los mercados el mensaje
político de la irreversibilidad del euro. Pero los mercados no viven de
mensajes políticos, sino de expectativas de retorno con beneficio de sus
inversiones. Por el momento, lo único que hay para contentarlos en seis largos
meses es la posibilidad de que el BCE vuelva a comprar en situaciones de emergencia
bonos en el mercado secundario y que el MEDE lo haga en los mercados primarios
cuando esté en disposición de hacerlo, sin el estatus de acreedor preferente,
previa solicitud del estado miembro y el compromiso de cumplir las condiciones
de la comisión europea.
Rajoy acudió a Bruselas arropado
por una “unidad nacional” propugnada por Rubalcaba y Durán i Lleida. Ese
abrigo, empero, le dejaba desnudo en caso de no conseguir el apoyo del BCE para
la compra de bonos, después de semanas de bordear la tasa de interés de la
deuda soberana española el 7%. Su fracaso no solo hubiera acelerado el
hundimiento de la bolsa por debajo de los 6.000 puntos y la fuga masiva de
depósitos, sino que el único mensaje político que quedaba por enviar a los
mercados era la formación de un gobierno de salvación nacional......
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