 Juande Mellado
Juande Mellado 
La Opinión de Málaga
Parece cada vez más claro que ninguno de los tijeretazos que se han 
aplicado hasta ahora ha conseguido resucitar la economía ni reducir las 
interminables listas de desempleo. Ya no existe nada por recortar, al 
ciudadano sólo le queda la dignidad de la protesta y confiar en que las 
medidas funcionen. Si les vuelven a fallar las previsiones de ingresos, 
acudirán una vez más a nuevos recortes para «equilibrar» las cuentas 
públicas.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nadie podrá discutirle que
 ha puesto a trabajar tarde y a marchas forzadas a todo su Ejecutivo 
para salvar a España de la ruina. Nunca antes en la historia de la 
democracia española se había asistido a un calendario reformista tan 
amplio y en tan corto espacio de tiempo. Incluso el pasado viernes, 
cuando el Consejo de Ministros aprobó el mayor recorte social de este 
país, se anunciaba ya un calendario hasta finales de año con veinte 
nuevas leyes. Todos teníamos la impresión de un Rajoy dubitativo, que 
sesteaba al mediodía con el ruido del Tour de Francia de fondo, y, de 
pronto, se ha revelado como un político diligente y tenaz por obra y 
gracia de Angela Merkel.
 
Su legado venía bien ordenadito en el 
Boletín Oficial del Estado del pasado sábado. Daba dolor leer las 91 
páginas en las que se resume un extenso abanico de iniciativas y 
recortes con las que el Ejecutivo pretende obtener en dos años y medio 
hasta 65.000 millones de euros. Pero lo mejor era la letra pequeña, la 
que no se contó el viernes, y en donde se descubre que quedan recortes 
por hacer por 8.900 millones de euros; que el bocado a la Ley de 
Dependencia es brutal; que se elimina la compensación por deducción en 
la compra de vivienda a quienes compraron antes de 2006; que se 
multiplican las tropelías contra los más indefensos, los parados........
 
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