María López Paniagua
CSC (Centro de Colaboraciones Solidarias)
Cada año, los países empobrecidos pierden más dinero por evasión de 
impuestos del que reciben en concepto de ayuda al desarrollo. Por cada 
dólar de ayuda que se destina a estos países, se pierden siete debido a 
la corrupción y la fuga de capitales por medio de paraísos fiscales, una
 cantidad equivalente a 160.000 millones de dólares anuales.
En medio de la tempestad financiera y económica, no se han emprendido
 las medidas que prometieron los líderes mundiales cuando estalló la 
crisis. El  G-20 tan sólo ha publicado numerosas listas que recogen los 
territorios considerados paraísos fiscales. La última incluye a Islas 
Seychelles, Liechtenstein, Uruguay, Botswana, entre otros territorios 
que se niegan a colaborar en la lucha contra el fraude y la evasión 
fiscal.
Los paraísos fiscales o lugares “offshore”, es decir, libres de 
impuestos, se crearon en Estados Unidos y Europa para proteger los 
grandes capitales y permitirles escapar del control de las diferentes 
autoridades estatales. En un principio, esto se realizaba con secretismo
 pero la globalización de los mercados mundiales por medio de las nuevas
 tecnologías han hecho que los bancos offshore hagan publicidad incluso en Internet.......
 

 
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