domingo, 18 de diciembre de 2011

Depresión y democracia

Paul Krugman
El País

Ha llegado la hora de empezar a llamar a la actual situación por su nombre: depresión. Es verdad que no es una réplica exacta de la Gran Depresión, pero esto no sirve de mucho consuelo. El paro, tanto en Estados Unidos como en Europa, sigue siendo desastrosamente alto. Los dirigentes y las instituciones están cada vez más desprestigiados. Y los valores democráticos están sitiados.

En cuanto a esto último, no estoy siendo alarmista. Tanto en el frente político como en el económico, es importante no caer en la trampa del "no tan malo como". No se puede considerar aceptable el paro elevado simplemente porque no haya alcanzado las cotas de 1933; las tendencias políticas no son buena señal y no deben tolerarse por el mero hecho de que no haya ningún Hitler a la vista.

Hablemos, en concreto, de lo que está pasando en Europa (no porque todo vaya bien en Estados Unidos, sino porque no todo el mundo comprende la gravedad de los acontecimientos políticos europeos).

Lo primero de todo, la crisis del euro está destruyendo el sueño europeo. La moneda común, que se suponía que debía unir a los países, ha generado, en cambio, un ambiente de amarga acritud.....

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