Ahora que estamos inmersos en un proceso deconstituyente por parte
de nuestros representantes, quienes han prostituido impunemente la
soberanía nacional al consagrar el neoliberalismo en nuestra muy
criticada (y con razón) Carta Magna y ceder ante el chantaje de los
mercados, tendríamos que hacer un esfuerzo por recuperar y sacar del
olvido algunos de los principios más esenciales que la propia
Constitución vejada elevó en su momento al más alto grado jurídico.
Hay un artículo en concreto que hace tiempo se ha querido olvidar
por parte de nuestros legisladores y gobernantes y, por qué no decirlo,
por parte también de las voces más críticas del ámbito académico. Es
sin duda el precepto más odiado por el capital y sus titulares, por los
neoliberales y economistas más rancios. Hablamos del artículo 31 de la
Constitución, que proclama solemnemente, pero sin ambages, que “todos
contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su
capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en
los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá
alcance confiscatorio.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario