Christian Marazzi
Alfabeta2
La crisis del capitalismo financiero surgida en los últimos treinta 
años tiene su reflejo en la relación entre capital y trabajo que marcó 
el fin del régimen fordista de acumulación y la transición a un 
capitalismo caracterizado por la centralidad de la renta con respecto a 
las variables “reales", es decir, salario, precio y ganancia. La 
financiarización de la economía iniciada en los años setenta con la 
desregulación de los mercados de divisas que siguió a la ruptura de los 
acuerdos de Bretton Woods, desarrolla la desregulación de los mercados 
financieros con el surgimiento de los mercados de obligaciones a los que
 los Estados están recurriendo para financiar su propia deuda pública, 
se expande posteriormente a fines de los años ochenta con el desarrollo 
de los mercados de productos derivados y, a mediados de los noventa 
hasta hoy, con la globalización de los mercados monetarios y 
financieros. "Pero lo más impresionante –escribe François Morin en su ¿Un mundo sin Wall Street?- es, sin duda, la rapidez con la que los mercados de cobertura se han desarrollado. 
En 1987, el volumen de cambio sobre los mercados de opciones era de 1,7 T$, mientras que a finales de 2009 había alcanzado los 426,7 T$. Si se exceptúan los CDS que han pasado de 0,9 T$ en 2001 a 62,1 T$ en 2007, para luego caer a 30,4 T$ en 2009, esta fulgurante expansión no ha sido detenida por la crisis". La creación de liquidez, en otras palabras, es prácticamente ilimitada y alimenta un mercado financiero donde los riesgos asociados a los más diversos productos están todos relacionados entre sí, dando lugar a procesos infecciosos que mantienen una burbuja tras otra, de la burbuja internet a la burbuja de las subprime, pasando a la de la deuda soberana.
Está en la naturaleza de los mercados financieros el ser intrínsecamente inestables, sujetos a procesos autorreferenciales, de tal manera que el aumento del precio de un activo financiero no causa la reducción de su demanda, sino todo lo contrario su posterior aumento, facilitado por el acceso al crédito.....
En 1987, el volumen de cambio sobre los mercados de opciones era de 1,7 T$, mientras que a finales de 2009 había alcanzado los 426,7 T$. Si se exceptúan los CDS que han pasado de 0,9 T$ en 2001 a 62,1 T$ en 2007, para luego caer a 30,4 T$ en 2009, esta fulgurante expansión no ha sido detenida por la crisis". La creación de liquidez, en otras palabras, es prácticamente ilimitada y alimenta un mercado financiero donde los riesgos asociados a los más diversos productos están todos relacionados entre sí, dando lugar a procesos infecciosos que mantienen una burbuja tras otra, de la burbuja internet a la burbuja de las subprime, pasando a la de la deuda soberana.
Está en la naturaleza de los mercados financieros el ser intrínsecamente inestables, sujetos a procesos autorreferenciales, de tal manera que el aumento del precio de un activo financiero no causa la reducción de su demanda, sino todo lo contrario su posterior aumento, facilitado por el acceso al crédito.....
 

 
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