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DURBAN, Sudáfrica, 5 dic (Tierramérica) - La ciencia nos dice que vamos directo hacia una crisis climática, y está en nuestras manos cambiar de rumbo.
Sin embargo, algunas soluciones preocupantemente falsas están sobre la mesa de conversaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, por ejemplo promoviendo los biocombustibles disponibles en el mercado, como el etanol.
El término "biocombustibles" es engañoso. Estos combustibles elaborados en base a vegetales se ajustan mejor a la descripción de "agrocombustibles", porque distan de ser verdes.
Quienes todavía sostienen que los agrocombustibles emiten muchos menos gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles ignoran que sus emisiones se liberan en la etapa productiva, a consecuencia del cambio en el uso de la tierra, la aplicación de fertilizantes y el procesamiento.
Sin embargo, muchos gobiernos, instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y empresas multinacionales dedicadas a los agronegocios, el petróleo y el transporte, promueven los agrocombustibles como una solución a las necesidades energéticas mundiales.
Pasar de los combustibles fósiles a los agrocombustibles no hace que los pobres tengan más acceso a la energía, sino que agrava problemas existentes, como el acaparamiento de tierras. También crea desafíos específicos para la provisión alimentaria, pues cultivos antes dedicados a producir alimentos, como el maíz y el azúcar, ahora se destinan al etanol.
Y, lo que es crucial, los agrocombustibles pueden desviar recursos destinados a energías limpias y renovables como la eólica y la solar.....
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