Leandro Martínez y Lucía Vicent 
Plataforma Econonuestra
El 22 de Noviembre, 48 horas después de las elecciones generales 
comenzaron, de forma oficial, a concretarse los previsibles recortes y 
ajustes que se exigen a España desde Bruselas, y que se habían pospuesto
 debido a la jornada electoral.
Tras la cita en las urnas, el 
gobierno de la Generalitat de Cataluña, dirigido por CiU, fue el 
encargado de dar el pistoletazo de salida con su nuevo plan de ajuste 
con el que se pretende un ahorro de 1.000 millones de euros para el 
2012. Las medidas para la consecución contemplan recortes salariales a 
los empleados públicos, subida del canon del agua, aumento de las tasas 
universitarias y de las tarifas del transporte público, privatizaciones 
de empresas públicas, etc. Este tipo de recortes no resultan novedosos 
si recordamos las medidas que se han ido sucediendo a raíz de la crisis,
 en la mayor parte de países europeos. Sin embargo, sí llama la atención
 la velocidad con la que en España las políticas orientadas al recorte y
 la privatización de la sanidad pública se van expandiendo, eludiendo la
 cuestión de que se trata constitucionalmente de un servicio gratuito de
 acceso universal.
Previamente a las elecciones, se constataban 
los primeros atisbos de estas políticas que tras el 20N se han ido 
sucediendo en las distintas autonomías en forma de propuestas, sobre las
 cuales, en la mayoría de los casos no tienen potestad. En Galicia un 
mes antes de la jornada electoral y a través de la Xunta, liderada por 
el PP, se discriminaba el libre acceso al servicio gratuito sanitario 
mediante el bloqueo de la tarjeta sanitaria en la región. Así, las 
personas desempleadas durante un plazo mayor a 12 meses y residentes en 
Galicia, automáticamente se quedan sin tarjeta sanitaria hasta la 
recepción de la que les acredita como personas sin recursos. Durante el 
tiempo de espera, estimado entre ocho y doce meses hasta recibir el 
nuevo documento, tienen que hacer frente a la consulta y fármacos que el
 médico les prescriba. La región de Murcia gobernada por el popular 
Valcárcel fue el siguiente territorio donde se encendía la luz de 
alarma. Se retiraba de forma “temporal” la tarjeta sanitaria a parados 
de más de 1 año de duración y a inmigrantes. Así, se vincula el derecho 
universal de los ciudadanos para acceder a la sanidad con el puesto de 
trabajo, considerándose inaceptable dichas distinciones entre 
trabajadores, parados con prestaciones por desempleo y parados sin 
prestaciones, ya que vulneran el principio de igualdad que garantizan las leyes en materia sanitaria.......
 

 
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