 Harold Meyerson
Harold Meyerson Sin Permiso
¿Está reñido el capitalismo con la democracia? ¿Se debilitan el uno a la otra?.
A
 los oídos estadounidenses, estas preguntas suenan a estrambóticas. El 
capitalismo y la democracia están unidos como hermanos siameses, ¿no? 
Ese era nuestro mantra durante la Guerra Fría, cuando quedaba 
sobradamente claro que comunismo y democracia eran incompatibles. 
Después del final de la Guerra Fría, las cosas se volvieron más turbias.
 Recuérdese que prácticamente todos los altos ejecutivos y todos los 
presidentes de Estados Unidos (sobre todo los dos Bush y Clinton) nos 
decían que llevar el capitalismo democratizaría China. 
No parece que haya funcionado así. 
A
 lo largo del último año, el capitalismo se ha llevado buenamente la 
democracia por delante. En ningún sitio resulta esto más evidente que en
 Europa, en donde las instituciones financieras y los grandes inversores
 han ido a la guerra bajo las banderas de la austeridad y los gobiernos 
de las naciones con economías no demasiado productivas o sobrecargadas 
se han dado cuenta de que no podían satisfacer esas demandas y se 
aferran todavía al poder. Los gobiernos elegidos de Grecia e Italia han 
sido depuestos; al timón de ambos países se encuentran hoy tecnócratas 
financieros. Con las tasas de interés de los bonos españoles subiendo 
bruscamente en las últimas semanas, el gobierno socialista español ha 
sido desbancado por un partido de centro-derecha que no ha ofrecido 
ninguna solución a la creciente crisis del país. Ahora el gobierno de 
Sarkozy se ve amenazado por tipos de interés en aumento sobre sus bonos.
 Es como si los mercados de toda Europa se hubieran hartado de estas 
tonterías de la soberanía democrática....
 
 
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