La Jornada
El mundo enfrenta un
peligroso proceso de calentamiento global y es urgente tomar acciones
decisivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Qué se puede esperar de las negociaciones sobre cambio climático que
han arrancado esta semana en la ciudad de Durban, Sudáfrica? No mucho.
Cuando se negoció el Protocolo de Kioto (PK) se establecieron metas
de reducciones cuantitativas obligatorias a los países que cargaban con
mayor responsabilidad histórica en la acumulación de gases invernadero.
Este fue el logro más importante de ese tratado. Treinta y siete países
industrializados y la Unión Europea fueron incluidos en el Anexo B y
fijaron metas para reducir las emisiones de gases invernadero. En
promedio, las emisiones se reducirían en 5 por ciento con respecto a los
niveles de 1990 durante el periodo 2008-2012.
El establecimiento de compromisos vinculantes en el PK siempre chocó
con las visiones neoliberales, en las que el mercado asigna los recursos
eficientemente y siempre es necesario reducir la estorbosa intervención
pública.
Muy pronto comenzaron las maniobras para socavar las metas cuantitativas del PK. Hoy casi han culminado con la destrucción del tratado. Durban puede ser el lugar en el que se expida el acta de defunción de ese tratado. Terribles serán las consecuencias......
Muy pronto comenzaron las maniobras para socavar las metas cuantitativas del PK. Hoy casi han culminado con la destrucción del tratado. Durban puede ser el lugar en el que se expida el acta de defunción de ese tratado. Terribles serán las consecuencias......
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